Idiotizada por unos cabeza de radio

Mis días últimos fueron estresadísimos, He dormido muy poco, trabajado mucho y sufrido el rigor del trabajo atrasado. Ayer entregué un adelanto importante de mi seminario de titulo que no habia hecho y que me enteré tenia que entregar hace tres días.

Así estaba mi mundo hasta que derrepente me vi entre un mar humano sudada como nunca antes, apretada como nunca antes, oliendo cosas que nunca antes, frente aun escenario como nunca antes habia visto con música muy conocida y una figura flacucha, con un ojo chueco y una cara de nada, que me dejó lela y solo ahí entendí donde estaba, y no mehabia dado cuenta como llegué.

Pero todo partió antes, juntandome con una niñita que no veia en años, haciendo una fila bajo el sol, esperando desde las cinco y media de la tarde, escuchando a casino, unos chicos chilenos que habia escuchado de nombre y muy poca de su música pero con un hombre que tocaba las maracas que se robó la pelicula. Más espera y cuatro computadores con tres viejujos y un cabro más jovencito, tiesos como robot (cantando we are the robots, mientras unos maniquies con brazos movibles bailaban y se movian 10 veces más que ellos) ellos eran Kraftwerk, unos viejos de esos preculsores de la electronica que sonaban a museo y que seguirán en mi mente con su canción de (yo creo) cinco minutos que hicieron que la palabra machine tubiera otra sensación a todos los que estabamos ahí.

Y en eso estaba, tranquilita, felíz, disfrutando derepente una masa de gente que apretaba y se movía nose como me hizo quedar en la mitad de la gente, a 5 metros del escenario, con Thom Yorke cantando y reclamando por el sonido, y ni a mi ni a los miles de pelagatos a mi alrededor nos importaba que se escuchara bajito... porque lo escuchábamos!

Nunca habia pagado tanto por un concierto (bueno, tampoco he pagado por tantos conciertos) nunca había estado más apretada, sudada, golpeada, empujada, tirada, ahogada, embobada, desatada y disfrutando tanto un concierto como ayer con radiohead y mi climáx personal fue con idioteque, con el escenario imprecionante, la masa fervorosa rugiendo al redodor y yo entrance máximo sin notar empujones, jalones, golpes y entregada a ellos, hasta que desperté a metro y medio del escenario con la impresión de escuchar la voz de thom no por los parlantes de la pista atlética, sino directo de su garganta y un minuto después la masa fervorosa decidió que era demaciado regalo para mi y me devolvió a los 5 metros.

De ahí en adelante no tengo idea que pasó, grité, canté, empujé, bailé quedé pegada mirando, con los ojos cerrados solo escuchando, pero por sobre todo disfrutando, cada segundo, cada canción, cada sonido, cada movimiento, cada cara amorfa, cada luz...todo!

Y quedé arriba de la pelota, tanto que dije "arriba de la pelota", con la cabeza llena de música, con los ojos llenos de thom, con los recuerdos llenos de concierto, aun ahora, con sueño, cansada, con dolor en cada parte de cuerpo, felíz.

Primero fue Björk, ahora Radiohead... me falta Portishead para cumplir mi triumvirato personal de conciertos antes de jubilarme de la vida... por ahora a disfrutar mi cabeza de radiohead.

La foto se la robé a cooperativa