sabato, marzo 14, 2009

De mujer hacendosa

Mis padres se fueron de vacaciones al otro lado de la cordillera y me dejaron de dueña de casa.
Soy el ser más feliz de la tierra, desde que mi padre se jubiló no tenia la casa para mi sola y en las noches buenas personas (y lindas) me vienen a hacer compañia y cuidar.

Si bien he almorzado solo un día (el resto he andado callejeando.. nunca tan fanatica tampoco) ayer fue tarde de dulcesitos y a los conocidos alfajores se les sumó los merengues que jamas habian resultado y gracias a una idea de mi amigo el mongol esclavo del capitalismo ahora me funcionaron y maravillosamente

Hoy la meta es usar la leche condensada y la evaporada que encontre guardada, y buscando en el libro de cocina que esta en mi casa desde que tengo uso de razón encontré muchas claves para ser una verdadera mujer hacendosa, a ver si me transformo en toda una señorita de su casa.

"Cuando se tienen invitados en casa, la prudencia aconseja comer poco, observar discreta y atentamente por si se hubiera olvidado algún detalle que aún pidiera remediarse, no dejar a los invitados el tiempo de formular un deseo, sino anticiparse con presteza al mismo. Teniendo dinero, culquiera puede ofrecer manjares exquisitos y vinos de marcas reputadas, pero la cortesía, la amabilidad, el encanto de una sonrisa inteligente nacida de una viva simpatía y del deseo de agradar, no se compran con dinero. Conseguir que una persona sin apetito lo recupere en nuestra mesa, hacer brillar el ingenio de aquéllos que lo posee; proporcionar la ocasión de lucirse a los que creen tenerlo, eso es lo que podría calificarse de suprema ciencia del anfitrión gastronómico."

"Cuando se reciben dos o más veces por semana los mismos invitados, si estos no son de cumplido, no hace falta cambiarles la servilleta cada vez. En este caso resulta muy práctico y es signo, además, de confianza guardarlas en una bolsa con su inicial o bien en un servilletero. La bolsa puede confeccionarse muy fácilmente con un rectangulo de tela a tono con la mantelería. El servilletero puede ser desde un aro de plástico o de junco trenzado, hasta un arco clásico de plata o de rica madera bellamente tallada."

La Cocina, Carmen Verdaguer
Barcelona, 1969

3 commenti:

Barbatruco Producciones ha detto...

exijo invitacion
(imagine sonido de golpeo de mesa con puño enpuñado)

Menos1 ha detto...

AAAAAAHHHH el colegio de monjas esta haciendo efecto!!!!!! ¡¡¡¡AAAAAAaaaaahhhh!!!!!

Queltehue gritón ha detto...

tarde o temprano el espíritu de la madre paulina se tenia que apoderar de mi.... pronto... recogeré piedrecitas en la mochila para que los niños no las pisen cuando anden sin zapatos por las calles