sabato, agosto 23, 2008

De sabado por la mañana

Hoy eramos ocho a las ocho y media en mi clase de tratamiento de sustancias peligrosas, lo que para un día sabado donde el viernes no hubo clases es un gran logro. Estabamos aprendiendo sobre normas internacionales y señaletica cuando empezaron a llegar más compañeritos y más compañeritos y más compañeritos hasta que en un momento el profesor dijo, a ver! que tiene ahi?! y mi compañerito sacó una granada para mortero y todos quedamos con cara de panico y pregunta.
Es que cuando tu profesor a la vez es militar uno ya se espera cualquier cosa, claro que nunca toparte con una bomba en la silla del fondo de la sala.

Algo asi pero menos colorido

Fue una cosa muy rara, no tanto por el aparatejo mismo que uno en el desconcierto entendía que el profe no se iba a andar paseando con una bomba cargada en la calle para hacer más didactica nuestra clase, sino por lo que produce (o nos produjo a la compañerita que tenia al lado y a mi) ver tan de cerca un artilujio como ese, al principio no podia dejar de mirarlo, cuando el profe lo abrió para explicar como funcionaba y que uno podia rellenarlo con cualquier cosa, virus, quimicos, toxicos y entonces me vino el dolor de estomago.

Yo considero que he tenido una visión de los militares bastante civil y cotidiana, llendo a buscar a las hijas al colegio, trotando de vuelta al regimiento, cuando niña escuchando bombas y ametralladoras por los ejercicios que hacen en el cerro-regimiento que esta a un par de cuadras de mi casa como algo normal junto con los aviones del aerodromo que estaba cerca, pasando en camiones con cara de serios cerrando el ojo a las niñas que esperan les den el verde en los semaforos, con los cadetes de la fach obligados a divertirse una vez al año en el aniversario del colegio de señoritas donde estudié, todos apretados en la micro cuando les dan la salida y así, muy poco asesinolocopeligroso incluso mi único recuerdo de militar en servicio fue rezar todas las mañanas por el padre de una compañerita cuando estabamos como en segundo o tercero básico que andaba de casco azul en la guerra del golfo, para la primera guerra del golfo y mi culpa porque me gustaba ver como se veian las lucecitas verdes de los misiles en al noche cuando los mostraban en la tele porque quisas con ese que mostraron se podia morir el papa de mi compañerita y yo estaba disfrutando mirandolo.

Y fue esa imagen la que se me vino a la mente con este aparatejo tan cercano, la facilidad, la pericia y soltura con la que manejan esas cosas como si se tratara del termo de la casa, solo que en vez de agua van químicos que combustionan con el aire, virus mortales, corrosivos ultra destructivos y que van contra alguien, contra muchos y que hay muchos de esos aparatos dando vuelta por ahí, imaginate cuantas de esas cosas andan dando vuelta en irak me dijo mi compañerita, y para la gente de alla debe ser bastante menos trasendental que para mi encontrarse con ellos, no creo que escriban ni la mitad de lo que escribo yo, de hecho me sentí ridicula escribiendo tanto de un acercamiento a algo, ante mi en ese momento, inofensivo.
Pero no puedo sacar esas imágenes de la infancia en mi cabeza.

1 commento:

Menos1 ha detto...

los milicos son milicos miliqueables