mercoledì, gennaio 03, 2007

feliz año viejo

Mis últimos dos días del 2006 fue de paria, otra vez, mi padre me ignoraba, me mandaba mensajes entre líneas, mensajes de varias líneas, en negrita y mi madre me interrogaba de a poco... suave... con aires de desinterés.
Pero nada importaba, la idea de pasar mi año nuevo con el hombre que yo amo y que sabe que lo amo hacía valer pasar el día con los ojos pegados al tejido (de mi futuro gorro veraniego al mejor estilo abstracto) aun que terminara con jaqueca y nauseas gracias a mis ojos de baja resistencia, calladita me duché, me puse ropa anti-pseudofrioestival y partí sin muchos bombos ni platillos a tomar el tren de diez para las nueve, con placer recorrí la alameda sin micros ni autos desde estación central hasta república, entre gente con trajes brillantes y niñas con carros de supermercado llenos de bolsitas de challa a cien "para que juegue con challa", con el corazón a mil, ansiosa, como niño en navidad... es que yo solo quería abrazar a mi macho, así que medio corriendo medio caminando y transpirando como el mejor de los puercos del matadero, llegue a santa ana... y fui feliz.
Nunca había pasado un año nuevo sin la gente de mi casa (y me llamaba demasiado la atención pasarlo sin mi abuela debo admitir) y no pude tener mejor compañía, comida rica, jugar a ser gente seria y elegante, fuegos artificiales al lado de la torre entel (que aunque no me atraen mucho fue nuevo para mi pero una ventana con esa vista una mirada poca es obligatoria) y mandar todo al demonio para volver a ser los animalejos burdos y salvajes de siempre.

Aun que estas festividades más son una buena excusa para días como ese que algo muy serio, no pude despedir mi bastante buen y feliz año 2006 (aunque ud. no lo crea) de mejor forma y mejor compañía, ahora espero que los dioses no se pongan a hacer jugarretas este año que empieza para que sea buenísimo... y pueda seguir siendo un animalejo burdo y salvaje con la mejor compañía del mundo.


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