Buenos momentos fuera del tiempo

Un día mi hombre amado me llevó a su hogar en el pueblo de Curacaví, aun que sin chicha baya y curadora (no se como se escribe esa baya... valla, vaya.. rae no me ayudó esta vez) y fue linda tarde, noche, madrugada y pedazo de mañana, como siempre pasa con él. Y después como andaba contentilla por la vida decidí pasear.

Tuve un reencuentro con el cementerio general, que hace rato no iba y de nuevo quedo con esa sensación de que tuvo tiempos mejores, cuando estaba más cuidado y no habian revendido tantas tumbas de las antiguas y aun no se armaba la melcocha entre tubas antiguas lindas lindas y nuevas bien feas, pero es agradable igual, los pajaros cantan las viejas se levantan y siempre hay algo que ver, en especial a esa hora que fui, como a las diez de la mañana que andaba repoca gente, los colores de la mañana aun estaban bonitos y andabamos todos contentos aun. Yo creo que ser de los que cuidan y mantienen el cementerio es de los trabajos más terribles que deben haber, no por los muertos y eso, pero en realidad contratan a puros viejos que ya se ven medio tetricos y tienen esas como casitas entremedio de las tumbas, rodeados de gatos, donde comen, descansan, escuchan las cumbias y conversan con los árboles porque el otro viejo tetrico trabaja como cinco pasillos más allá, bueno y los piratas de peliculas que detubieron los pacos y los mandaron a trabajar como castigo comunitario.

Después partí al museo de bellas artes a ver la exposición de Durandín que le tenía ganas y que esta lindisisisisisisiisisisisima!!... quedé embobada con sus fotos, con imaginar esa época y ver como él hizo maravillas cuando las cosas eran cinco veces más dificil de lograr que hoy.... quiero que todos vallan a verla... hasta el 17 de mayo creo que esta, yo tengo que volver, porque no alcancé a verla entera y quiero volver.

También habia una muestra de Penagos que la entre a ver antes que a Durandín y me hizo entrar en calor con el viaje en el tiempo.

Yo creo que si una vez que encuentro un genio buena onda que me regale un deseo no le pediría plata, ni un supermachote, ni si quiera un café con tom yorke, adrien brody o elvis, ni queme conceda deseos infinitos, es más, y de esta podría pensar que me arrepentiré de afirmarlo un día pero me lanzo, no le pediría un set para trabajar fieltro, ni lana interminable con telar incluido, o amanecer con el titulo bajo la almohada, hablando inglés y alemán como una nativa, no, le pediría un tour por el tiempo, que me deje vivir un par de días en la europa medieval con gaitas aun que sin gaitas igual acepto, otros en los 20 y los 40 con zepelín (no led) y segunda guerra incluida, en estados unidos de los 50, 60 y 70 con rock 'n roll, negación a dar el asiento, louis amstrong, todo el swing, amor, paz y the mamas and the papas... pucha que sería felíz, aun que por ahora me conformo con que llegue el invierno de una vez por todas para salir por santiago con mi abrigo de ruedo ancho y mi gorro doblado al costado (mientras en mi mente transito por la fría varsovia de los 40s de vuelta a casa preocupada por tiempos difíciles)